"Darío estaría lejos de estos pseudogobiernos democráticos"




El padre de Darío Santillan y la hermana de Maximiliano Kosteki , despues de conocer la sentencia dictada por el Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora, en el caso de la Masacre de Avellaneda , el 9 de enero de 2005


La masacre de Avellaneda volvió a tomar voz pública de la mano de Néstor Kirchner.

En su primera conferencia de prensa en cinco años, el ex presidente se refirió al asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en 2002 para mostrar las diferencias entre represión y el despeje ordenado por el Gobierno de la ruta del Mercosur, cuando fue detenido el dirigente rural Alfredo De Angeli. “Lo llevaron a upa”, dijo Kirchner.


También aprovechó para criticar la diferente cobertura de los medios y recordó que el título de Clarín sobre el asesinato de los piqueteros fue: “La crisis causó dos nuevas muertes”.


Alberto Santillán, padre de uno de los piqueteros asesinados, dice que Kirchner lo defraudó porque no lo ayudó a “meter presos” a los autores intelectuales de la masacre tal como le había prometido. También denuncia que el kirchnerismo cooptó a la agrupación en la que militaba su hijo.


–Kirchner mencionó a su hijo para ejemplificar el diferente tratamiento de los medios ante los conflictos. ¿Cómo le cayó?


Mal. Me parece mal que use el nombre de mi hijo porque a nosotros no nos ayudó.


–¿En qué sentido?


–A poco de haber asumido había tomado como propio el tema de la masacre de Avellaneda y solicitamos una entrevista con él que, como padre, me había parecido algo bueno. En la entrevista me dio un abrazo y golpeándome la espalda me dijo que se iba a investigar hasta las últimas consecuencias. Algo que no sucedió.


–Se iba a crear una comisión investigadora. ¿Qué pasó con eso?


–Nos dijeron: “Nosotros creamos una comisión investigadora, pero ustedes se bajan del puente” (Pueyrredón). Para nosotros, el puente no se negocia. Lo vivimos como una extorsión. Nos pedían que dejáramos de cortar el puente y no molestáramos a la gente que quizá no nos entiende porque no les ha pasado.


–Pero el juicio se hizo.


–Sí. Logramos que los idiotas que mataron a Darío y a Maxi cumplan la prisión perpetua, pero también queremos que los autores intelectuales como (Eduardo) Duhalde, Felipe Solá, Alfredo Atanasoff, Juan José Álvarez, Jorge Vanossi, entre otros, también sean investigados y sean culpados y alguna vez tengamos la posibilidad de sentarlos en el banquillo de los acusados.


–¿Usted ve a Kirchner más cerca de ese grupo o más cerca de la organización en la que militaba su hijo?


–Lo veo como la continuación de Duhalde y de todo el aparato político. Pensé que iba a ser distinto. Si bien no hay que sacarle logros como el descabezamiento de la cúpula militar y de la Corte Suprema, el reconocimiento a las Madres de Plaza de Mayo, después dejó mucho que desear.


–Si su hijo viviera, ¿cree que militaría cerca del kirchnerismo?


–No. Darío estaría lejos de estos seudogobiernos democráticos.


–¿Cómo es la relación del Gobierno con el MTD-Verón, en el que militaba Darío?


–El Gobierno ha trabajado ahí y usó el método de dividir.


–Y ahora la Verón está con Kirchner.


–Sí. De todos modos un sector se bifurcó y hoy por hoy se llama Frente Darío Santillán.


–¿Qué piensa de las políticas sociales del kirchnerismo?


–No hay políticas sociales. No hay políticas de salud. No hay trabajo genuino. Estamos igual que antes. Tiene los mismos gerentes que Duhalde.


–¿Cómo vio el conflicto del Gobierno con el campo?


–Se encontraron dos posiciones que están fuertes desde el punto de vista económico y que se pueden dar el lujo de pelear sin necesidad de aflojar. Ellos nos someten a cien días de desabastecimiento, durante los cuales aumentan las cosas. Los del campo están peleando por el queso. Es una lástima, cuando Argentina estaba un poco mejor después de tantas crisis. A los agropecuarios no les interesa quién está en el medio.


–¿Y quién está en el medio?


–Nosotros. El pueblo.



El recuerdo de la represión en Avellaneda, seis años atrás


La Masacre de Avellaneda tuvo lugar el 26 de junio de 2002. El gobierno de Eduardo Duhalde ordenó la represión de una manifestación de grupos piqueteros que cortaban el Puente Pueyrredón y en la persecución fueron asesinados por efectivos de la Policía Bonaerense Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, que militaban en una organización de desocupados. Además, se registraron 33 heridos por balas de plomo entre los manifestantes. El episodio implicó la salida anticipada de Duhalde de su presidencia interina.